3 de marzo de 2011

Querré ahogarme, desangrarme o inflarme a pastillas, tocar y acariciar mis venas con una cuchilla, patadas en la boca estando atado y de rodillas, o echarme gasolina y encender una cerilla. Terminar con esta vida ya, de una vez por todas, lanzarme a la bebida mientras todo el mundo llora. Y cortar mi sufrimiento, de raíz a cal y canto, porque así me sentiré, nadie podrá parar mi llanto. Zambullirme en la piscina bien sujeto por el plomo, morir atropellado sin saber porque ni como, o echar veneno puro, cianuro en mi copa, meterme sin descanso 1 par de gramos de farlopa. Abrir la boca y apretar una pistola, o mejor sobre mi sien y así destrozarme la chola. Pegarme cabezazos contra el suelo hasta matarme, o coger un cable de tensión y electrocutarme. Es lo suyo, cuando esté muerto en vida, cuando ya no tenga nada, y la cosa esté jodida. en vez de dibujar el brillo de tus labios con esmaltes, yo escribo lo que haré el día en que tú me faltes. Cuando se acaba la historia me dices, ha pasado el tiempo pero quedan cicatrices, cierra los ojos y no respires man, te escribo esto poco antes de irme.  

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